viernes, 11 de enero de 2013

Tiempo después.



Era pasado del medio día,
regresábamos de clases, tu del colegio, yo de la escuela,
aquel beso robado detrás del árbol
ha quedado clavado en mi memoria,
alcance a preocuparme, ya se veía tu casa
y no le caía bien a tu madre.

Después de todo, nada podía
impedir que nos viéramos,
sobrevivíamos a las acusaciones
de cosas desconocidas a nuestra corta edad,
en verdad ellos  tuvieron más temor
a las ´´visiones`` de su oscura mente,
nunca fuimos culpables.

Ya pasaron los años,
de amores desgastados y pasiones ligeras,
parecían indispensables  como el agua,
mas así mismo se secaba
para tener de nuevo sed.

Tengo una idea, por más que todo esté bien,
siempre habrá falta algo,
la felicidad no es de larga duración,
ó interminable según los poetas,
¡a veces creo que mienten demasiado!
pero tiene sentido,
para estar lejos de volverse monótona,
y ocupar por el contrario un lugar preferido
en los deseos de un corazón.

Lo sé, lo siento en el mío,
sus latidos rompen en furia contigo o sin ti,
por eso se abren sus pesadas puertas
respirando las ráfagas misteriosas
del silencioso abismo,
donde caen mis lagrimas
como estrellas fugaces sin destino,
llenándole de a poco con su luz.

Jairo Trujillo/01/11/13.