Era pasado
del medio día,
regresábamos
de clases, tu del colegio, yo de la escuela,
aquel beso
robado detrás del árbol
ha quedado
clavado en mi memoria,
alcance a
preocuparme, ya se veía tu casa
y no le caía
bien a tu madre.
Después de
todo, nada podía
impedir que
nos viéramos,
sobrevivíamos
a las acusaciones
de cosas
desconocidas a nuestra corta edad,
en verdad
ellos tuvieron más temor
a las ´´visiones``
de su oscura mente,
nunca fuimos
culpables.
Ya pasaron
los años,
de amores
desgastados y pasiones ligeras,
parecían indispensables
como el agua,
mas así
mismo se secaba
para tener
de nuevo sed.
Tengo una
idea, por más que todo esté bien,
siempre
habrá falta algo,
la felicidad
no es de larga duración,
ó
interminable según los poetas,
¡a veces
creo que mienten demasiado!
pero tiene
sentido,
para estar
lejos de volverse monótona,
y ocupar por
el contrario un lugar preferido
en los
deseos de un corazón.
Lo sé, lo siento
en el mío,
sus latidos
rompen en furia contigo o sin ti,
por eso se
abren sus pesadas puertas
respirando
las ráfagas misteriosas
del
silencioso abismo,
donde caen mis
lagrimas
como
estrellas fugaces sin destino,
llenándole de
a poco con su luz.
Jairo Trujillo/01/11/13.