Abril 25 y
26 2013.
Eran las
diez de la noche y estábamos a un día del evento, y no se sabía todavía, cómo
se coordinaría todo para poder asistir, finalmente me llamaron diciéndome que
viajábamos a filadelfia a eso de las siete treinta de la mañana, así que por
fin me sentí tranquilo.
Empaque
algo de ropa, unos libros, y un par de lapiceros para anotar unas impresiones
en el camino, iban dando las siete, ya estaba en la plaza de Bolívar, y las
personas con quienes había acordado encontrarme no aparecían, entre tanto
pasaron varias cosas que me llamaron la atención, un hombre habitante de la
calle, insultaba a un señor de un modo escandaloso, eso le dijo hasta de que se
iba a morir, la victima del ataque le hacía unos señalamientos con el puño
cerrado, y el ceño fruncido, evidentemente enojado se alejaba perdiéndose a lo
lejos, al rato el mismo sujeto se acercaba al puesto de dulces, y aprovechando
un descuido del dueño, este le robaba varios paquetes de gomitas de esas de
colores cubiertas con mucho azúcar, con tal mala suerte el loco ese que al
arrancarlas de carrito se le desparramaron por el suelo solo le quedaba ver
como rodaban regadas, y no se devolvió por ellos, no estuvo de suerte; después
de semejantes imágenes, ¿sería que faltaba algo más?, seguramente si, ahora el
personaje en cuestión fijo su mirada en mí, y,( ¡¿no podía ser en otra
persona?!), pues se empezó a acercar, así que lo mire también, y me aleje lo
suficiente como para que el perdiera interés, al fin, su víctima termino siendo
una desprevenida mujer que le toco darle plata para quitárselo de encima.
Eran ya
las ocho de la mañana, continuaba allí parado en esa esquina donde venden
zapatos,
buscando
entre la gente algún rostro conocido, y de repente escuche cuando dijeron mi
nombre,
de entre
tanta gente vi una figura menuda, y pequeña , se trataba de mi compañero, por
fin había llegado, al menos sentía alivio de no estar tanto tiempo esperando,
juntos caminamos hasta el sector galerías donde está ubicada la terminal de
jeeps que van a cualquier municipio, preguntamos y el carro para Filadelfia
salía a las nueve y treinta, además nos íbamos a quedar varios días y yo la
verdad no llevaba ropa para cambiarme, debería volver a mi casa por una muda adicional, hecho esto, partimos justo a tiempo.
Pasaron
una o dos horas para llegar, el estado de las vías es en su mayoría muy bueno,
de todos modos habían tramos muy difíciles que nos hacían zarandear adentro, ya
habían abordado otros compañeros, y unas señoras muy elegantes como para
chilinguiarse de un carro al final del trayecto llegaron cubiertas de un fino
polvo en todo su ‘’glamour’’ no podía ser más gracioso.
Ya en el
pueblo nos recibió uno de los organizadores del evento un señor muy formal y
educado que nos ayudó en todo lo necesario para hospedarnos, lo primero que vi
al llegar fue a gran cantidad de gente como celebrando, los adultos tomando en
las cantinas, y los niños jugando en el gran parque principal que parece un
trozo del amazonas encapsulado.
Nos
fuimos reuniendo en el restaurante donde almorzaríamos, sobre las mesas, como
esperando para ser molidos, los granos de café tostado, liberaban su delicioso
aroma, me hablaban del viento moviendo los cafetales, de los recolectores en
sus jornadas, del amor y calidez de sus nobles habitantes.
Y fue
inevitable no quedar atrapado al entrar en ese remanso de paz, donde el
contacto con los demás era tan familiar.
La
programación del evento estaba para no perdérsela por nada del mundo, exposición
de libros y sus autores, lectura de poesía en el parque, con unos parlantes
bien potentes, para hacer eco en los
recónditos lugares donde hasta los fantasmas suspiran, los historiadores
nos hablaron de hechos tan insólitos como cuando el padre de la iglesia
‘’enveneno’’ a una señora con la ostia y le toco ir a la cárcel, y la vez en la
que según cuentan el judío errante visito el pueblo; y para rematar
las
tertulias musicales con tango, y la orquesta
de cámara de Caldas interpretando con violines , y flautas sonatas deliciosas.
Sin lugar
a dudas fue una actividad muy grata y edificante, sobre todo por el contacto
con los jóvenes, pues fuimos a los colegios, los invitamos a desarrollar hábitos de
lectoescritura, pudimos implementar talleres de creatividad en cuanto a la
literatura, encontrando resultados maravillosos, próximamente publicaremos ese
valioso material, memorias donde se puede comprobar el impacto tan positivo que
tienen en las comunidades, las expresiones culturales, antes de despedirme de
ellos les preguntaba sobre cómo se habían sentido durante nuestra visita, a lo
cual respondían cosas como: - muy bien, la clase fue entretenida y no
monótona-, esto corresponde fielmente a la realidad, pues hubo constante
interés de su parte; pienso que hicimos mucho al llegar a las nuevas
generaciones, ojala pueda haber una próxima oportunidad, gracias por recibirnos Filadelfia, siempre te recordare…