En el
bolsillo lo acompañaba una
libreta
donde escribía, lo tildaban de loco,
porque a
veces hablaba solo por las calles
sumergido
seguro en las
intranquilas
aguas de la mente,
era un niño
atrapado en un cuerpo grande, torpe…
quizás tuvo
miedo pero siguió adelante
con su alma adentrándose
en lo profundo
donde reina
el silencio;
en las
humedecidas hojas encontradas,
cual si la
tinta fuese sangre,
le latía el corazón.
J.T©