Pasó
caminando como una puesta de sol,
fijaba su
hermosa mirada sobre mi
y no fue
coincidencia, sé que tengo razón.
tenia un
brillo tan apacible,
todo su ser parecía
salido del sueño más bello.
Mi misma
alma le siguió,
mientras caía
en el letargo cristalino de sus ojos,
y naufragué
dulcemente en remolinos
a perderme
entre sus hondos silencios.
le susurré
al oído cosas que no debo escribir,
pues solo
quiero sentir los recuerdos
de esa tarde
veraniega en alguna calle
evaporada y
vacía de mi ciudad,
donde el
tiempo pasó demasiado rápido,
luego sufrí
la amargura de saber
que aun
seguíamos estando muy lejos.
J.T©