Los nombres de los de las
personas de este escrito fueron cambiados...
Bien, ahora quiero hablar
sobre las cosas que pueden pasar por la mente de un hombre joven , en especial de uno al cual llamare “Andrés”,
para no revelar su verdadera identidad, el es de buena familia (o sea buenas
personas), tal vez con traumas de infancia que lo llevaron a crecer alejado de
los demás y a sentirse inseguro frente a muchas cosas, situación que a veces se
le ha salido de las manos, sobre todo por no contar con la suficiente guía como
para saber qué hacer, sin embargo y a pesar de los pronósticos, también se ha
sentido tan feliz o miserable como cualquier otro.
En una ocasión mientras
navegaba por el ciberespacio, si, por su red social preferida, encontró que
había una mujer (Laura) interesada en tener una amistad, ella de mayor edad,
quizás veinte años más, pero en las palabras de Andrés, “que aguanta”.
Luego de un tiempo,
comenzaron a hablar más seguido, convirtiéndose esto en una intrincada relación,
donde terminaron sintiéndose muy atraídos (sobre todo “Laura” ) quien inundaba
su correo con todo tipo de mensajes, pasaron unos meses, y le propuso a Andrés
que viajara a donde ella estaba, que no importaba el dinero, pues ella cubriría
todos los gastos, esto con tal de tener una cita en vivo y en directo, mientras
lo pensaba, corrieron varias semanas su insistencia era como un llamado de
auxilio, bien, ahora nuestro amigo se decidió y en unas cuantas horas se vería
con esta mujer, a decir verdad no sabía ni lo que sentía, emociones contrarias
y una fuerte expectativa lo acompañaron continuamente.
Había llegado, Laura estaba esperándolo, ¿qué aventura
arriesgada era esta?, no había marcha atrás, solo era esperar lo que pasara, se
decía una y otra vez en su mente; llegaron a la casa, charlaron un buen rato,
pidieron comida, y más que nada Andrés supo que Laura era una mujer muy experta,
aparte de ser más atractiva frente a frente, comenzaba a seducirlo, o al menos
eso sospechaba, y no se equivocaba, en breve seria “sobrado de tigre”, los
detalles de lo que pasó, son obvios además de irresponsables , y prefiero
omitirlos, o dejarlo a la imaginación,
mi historia, es atípica…
Que confundido estaba, nada
sucedió como lo planeaba, ¿era mera atracción física?, ¿ó acaso eso que llaman
amor?, se sentía atado a ella, se convirtió en su pensamiento más
frecuente, seguro , no volvería a ser el
mismo a partir de ese día, recordó cómo se negaba cuando lo llamaba por
teléfono, o las veces en las que en el chat, se ponía como desconectado para no
hablarle, y ¿qué pasará después?, en un abrir y cerrar de ojos todo
ocurría.
Ya Laura quiere vivir con él,
confía en que pronto podrán organizarse, cree que son novios y tiene montada la
película, entre tanto Andrés sigue en un punto intermedio.
Bien, han pasado los días,
ya de vuelta en casa, aquella mujer parece haberse olvidado de los planes, lo
peor de es que Andrés fue quien finalmente quedo atrapado en esta encrucijada
del destino, nunca se imaginó cuán difíciles serian las consecuencias;
amargamente comprendió lo sucedido. Utilizado,
y con una sensación asquerosa, ahora
trata de reponerse, pues llego a creer en cosas diferentes, voló muy alto, y se
estrelló, hasta le salió a deber, cada vez que lo llama Laura, es para
insultarlo y decirle que es el mayor idiota de todos…(y lo es, pues es como el
perro que regresa a su vomito) el que se enamora pierde, tal vez sea la lección
aprendida, pero eso no significa que siempre será así, aun quedan muchos años
mozos.
FIN…
