lunes, 1 de octubre de 2018

Escucha, siempre escucha...

Las buenas personas no buscan intereses particulares...
éstas incluso, pueden llegar a sacrificarse por otros.

Hubo momentos oscuros donde sufrí dolor,
mi alma soportaba angustias, transitaba hondos abismos,
tuve hambre de saber y preguntas sin solución.

Pedí a los buenos dioses luz en oración, muy  en el fondo de mi
aun la fe se movía como aliento de vida,
así, pasaron días, en silencio recitaba las rimas sagradas
que aprendí cuando era pequeño.

De pronto, se detuvo todo a mi alrededor, vi las minúsculas partículas
de polen flotar justo encima de mi nariz,
me rodeaba una conmovedora y cálida sensación de paz,
un regocijo anhelado.

En un instante un halcón peregrino que surcaba los cielos,
sorprendentemente me habló, dijo que traía un mensaje del gran señor,
que él me había escuchado...
en el agudo silvído de su cantar, mis oídos lo oyeron:

-Detente, observa, siente con asombro las maravillas de la vida,
que en tu corazón siempre brille la luz de una sonrisa,
tal como el sol del amanecer, ya ves como a su paso se apartan las tinieblas,
sigue adelante sin temor-

En un abrir y cerrar de ojos, se hizo de noche,
descendiendo, observaba una abundante formación de estrellas
que me llevaron de nuevo al sendero, muy adentro de la nada,
a ese cosmos infinito donde soy uno con el universo...



















Deberías sentir ésto!...