miércoles, 24 de julio de 2013

Abandonada.



Allá donde quedaron las lágrimas, las risas que hoy no son más que olvido, las viejas paredes desgastadas dejan escapar las historias de amor, odios, y pasiones efervescentes, ya están muy lejos sus palabras y las manos que la cuidaron.

Solo la acompaña la sombra generosa del árbol y el columpio donde jugaron los niños, parece escucharse a toby ladrando a los pájaros en sus nidos y regresar de nuevo a su tumba florida, escapándose al estallido de un relámpago.

Ya no vendrán a abrigarse al cerrar tus puertas, no comerán el pan sobre tu mesa, pues ya se marcharon con su canto y oración
completamente sola, saqueada de tu alma, te abandonaron
y, simplemente así nunca lo quisieron.

Esa es la verdad que entre cielo y tierra no se puede ocultar
quedará penando para siempre bajo el manto de estrellas o el sol del crepúsculo, esos lamentos no cesan en tu suelo desolado, son como la sangre profusa de una vena abierta, no deja de salir.

Después de todo siempre te dijeron hogar dulce hogar, mientras les latió el corazón…

Jairo Trujillo.
2013©


domingo, 21 de julio de 2013

Malos vecinos.




Componían esa extraña familia, tres adultos y dos hijos, se dice que provienen de una región muy apartada, donde no convivían prácticamente con otros,  de algún modo llegaron a una lejana ciudad, tomaron como suyo un lote de terreno donde construyeron su casa, lo peor de  es que a pesar de todos los años  transcurridos, no han logrado adaptarse a la comunidad que los rodea , pues estos  los consideran indeseables por su modo de ser egoísta y pretencioso, al  querer tomar cada espacio disponible como de su propiedad,  ¡y es que es apenas entendible esto!,  la pesadilla continuaba cuando encendían una hoguera que ardía por semanas enteras cubriendo de un espeso humo las pequeñas casas del barrio, esto ocasionaba un caos en torno a los demás residentes, se volvía el sol en noche, no era motivante saber que llegabas a tu casa del trabajo, o de cualquier lugar, y encontrarte con esta escena donde respirar se hacía cada vez más difícil, tu ropa se secaba con olor a humo, entre otras cosas con esa sensación de odio reprimido hacia precisamente tus ´´queridos vecinos´´ , ciertamente había la tendencia de castaño a oscuro, pronto llegaría el estado crítico donde debería cortarse de raíz, era abandonar tu casa, o venderla, pero había que solucionar esto, paso mucho tiempo antes de que alguien decidiera tomar medidas al respecto, la gente temía cualquier repercusión negativa por parte de aquellos personajes sombríos, sin embargo hubo un hombre que no aguantó más, así que se acercó a la debida autoridad competente, con pruebas y testimonios, logró que se pusiera fin al evidente detrimento de la calidad de vida del sector, esto no les gusto para nada, no les hizo nada de gracia, y hasta hoy la mala voluntad se siente,  ellos lo observan de reojo, él sabe que se ha ganado su odio, mas no se dan cuenta  de cuan terrible es el estado de sus perversas y vanas existencias, sus reacciones primitivas los ubican en la edad de las cavernas , sus descendientes recibirán esta herencia que arrastrarán como pesadas cadenas por donde sea que vallan, esa es su maldición, la capacidad insospechada de dañar, contaminar, y herir susceptibilidades; de todos modos él hizo lo correcto en beneficio de la colectividad, se hace justo y necesario enfrentar la hostilidad.

Tiempo después, el héroe de esta historia debía dejar la casa que por más de diez años habitó, no era suya pagaba una renta, y el malo del paseo la había comprado, y se dio mucho gusto echándolo, en medio de burlas lo miraban por encima del hombro, mientras se perdía en la lontananza pensó: -en verdad el mal florece-…


Basado en hechos reales.


viernes, 5 de julio de 2013

Vaiolett.




Rodeado por la bruma y su pesaroso andar
esta el gran camino iluminado por los astros,
siempre, me espera en el mismo lugar
ella me acompaña cuando quiero descansar,
su presencia invade los espacios
con olor a madera, y brisa boreal.

Es mi amiga, su mirada es ver la profundidad del mar
que se abre para tragarme,
ella sabe de los lugares secretos
donde reposan las almas en silencio, y paz
su voz de hielo me invita a cerrar los ojos,
cuan sosegado,  me siento a su lado
me llevas a soñar.

Por este sendero, la noche murmura
con remolinos de hojas,
y es que también soy viento
subido en la copa del gran árbol,
donde anidan las abejas,
y de su miel tan dulce me dan …

Jairo T.
2013©