Componían
esa extraña familia, tres adultos y dos hijos, se dice que provienen de una
región muy apartada, donde no convivían prácticamente con otros, de algún modo llegaron a una lejana ciudad,
tomaron como suyo un lote de terreno donde construyeron su casa, lo peor de es que a pesar de todos los años transcurridos, no han logrado adaptarse a la
comunidad que los rodea , pues estos los
consideran indeseables por su modo de ser egoísta y pretencioso, al querer tomar cada espacio disponible como de
su propiedad, ¡y es que es apenas
entendible esto!, la pesadilla continuaba
cuando encendían una hoguera que ardía por semanas enteras cubriendo de un espeso
humo las pequeñas casas del barrio, esto ocasionaba un caos en torno a los
demás residentes, se volvía el sol en noche, no era motivante saber que
llegabas a tu casa del trabajo, o de cualquier lugar, y encontrarte con esta
escena donde respirar se hacía cada vez más difícil, tu ropa se secaba con olor
a humo, entre otras cosas con esa sensación de odio reprimido hacia
precisamente tus ´´queridos vecinos´´ , ciertamente había la tendencia de
castaño a oscuro, pronto llegaría el estado crítico donde debería cortarse de
raíz, era abandonar tu casa, o venderla, pero había que solucionar esto, paso
mucho tiempo antes de que alguien decidiera tomar medidas al respecto, la gente
temía cualquier repercusión negativa por parte de aquellos personajes sombríos,
sin embargo hubo un hombre que no aguantó más, así que se acercó a la debida
autoridad competente, con pruebas y testimonios, logró que se pusiera fin al
evidente detrimento de la calidad de vida del sector, esto no les gusto para
nada, no les hizo nada de gracia, y hasta hoy la mala voluntad se siente, ellos lo observan de reojo, él sabe que se ha
ganado su odio, mas no se dan cuenta de
cuan terrible es el estado de sus perversas y vanas existencias, sus reacciones
primitivas los ubican en la edad de las cavernas , sus descendientes recibirán esta
herencia que arrastrarán como pesadas cadenas por donde sea que vallan, esa es
su maldición, la capacidad insospechada de dañar, contaminar, y herir
susceptibilidades; de todos modos él hizo lo correcto en beneficio de la
colectividad, se hace justo y necesario enfrentar la hostilidad.
Tiempo después, el héroe de esta historia debía dejar la casa que por más de diez años habitó,
no era suya pagaba una renta, y el malo del paseo la había comprado, y se dio
mucho gusto echándolo, en medio de burlas lo miraban por encima del hombro,
mientras se perdía en la lontananza pensó: -en verdad el mal florece-…
Basado en
hechos reales.