Era hábil con
los números, ya tenía una hija
un día le
comentaron de la “vuelta”,
a las seis
de la tarde en el parqueadero de la “U”
robarían el
carro blanco, el de la niñita
rica pero
fea dijeron, tan de malas
que los
pillo el vigilante y plomo les dio
uno de ellos
salió corriendo
perruncho si
se murió, dejo a su pequeña ,
a la abuela también
una anciana
con todos los cabellos blancos,
si, la que
lo levantó y curó
sus
peladuras cuando jugaba al football,
lo recuerda
como si fuera ayer, ella le decía:
-no se demore, usted sabe la calle como es-
mientras
tanto más rápido que de inmediato
se iba
alegando: -fresca vieja que de noche los gatos son pardos-…
tan
premonitorias fueron sus palabras,
hoy yace en
un campo santo con ángeles de mármol
custodiando su descanso, él era bueno
mas lo llevo
una voz equivocada
por el
camino donde nadie regresa para contarlo...
J.T©
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