martes, 13 de enero de 2015

03:15 AM

03:15 AM

Mientras tanto, 
allá afuera, permanecía el feroz viento que aullaba, 
como lobo a las estrellas del infinito...

luego, rompí la quietud de aquella inexorable superficie de silicio 
con el fugaz destello de mis lagrimas, 
al caer en silencio, 
al rincón mas apartado y vació de mi corazón.

Así , en la eterna noche,
aguardaba a que saliera el sol...









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