jueves, 22 de octubre de 2015

En el tren de las 7:30 pm...

Es emocionante conocer otros mundos  a través
de los ojos de las demás personas, resulta ser todo un viaje,
de días de estrellas y noches soleadas en cenit
en unos encuentro paisajes apacibles como los atardeceres en verano
o bien, puede ser una parvada de cuervos saliendo de una tétrica caverna
con su canto amenazante y agorero,
como sea ahí sigo, mirando atento.

Algunas veces , alcanzaba a sobrevivir a la próxima estación ,
bebiendo las gotas de lluvia condensadas que formaba el rocío...
cada vez subían y bajaban personas con sus maletas llenas de historias,
no se quedaban en ninguna parte , eran pasajeros del mundo,
huyendo de todas partes para no ser alcanzados  por si mismos
y ser conducidos de nuevo a sus miserables prisiones
a encontrar las paredes pintadas de olvidos y recuerdos
desdibujados en los pálidos y grises marcos donde reposaba una foto.

Se siente diferente, las noches y los días transcurren en la misma agitación de siempre,
a veces, ni el tiempo pareciera  suficiente, también puede ser que este va atrapando cada cosa
como la sabia de un árbol cuando desciende lenta por su corteza,
haciendo que lo vivo se vuelva inerte en una última mueca liberadora
es decir, bajarse del tren, a un último destino a pie...
lo mas misterioso , es que nunca nadie se ha devuelto a contar como es
debe ser , se me ocurre, que allí no existe el miedo.

Segunda escena...

Ha pasado mucho desde aquella tarde de octubre, la multitud agitada, sofocante, se movía en todas las direcciones, como la gusanera sobre la herida enferma, a un lado de las escaleras eléctricas estábamos nosotros esperando para entrar a cine,
yo les llamo amigos, por cierto me demoré en otorgarles ese titulo, pues con el paso de los años
todas las expresiones y palabras van adquiriendo nuevos y mas complejos significados para mí , bueno, prosigo, no termino de acostumbrarme a la idea contar con su compañía y comprendo perfectamente que son prestados, que como llegan se van y han aportado un poco a la continua construcción de  mi ser particular, por tal razón he aprendido a disfrutar al máximo de su presencia
y experiencias compartidas, por si ya no estuvieran algún día.

Existen tantos afanes, sin embargo habrán momentos también para "mandar señales de humo"  y no suponer de un modo fascista y desinteresado que todo anda bien (y pasa con muchas otras situaciones) y no son reproches, pues no existen pactos ni compromisos.

Si bien es cierto que los humanos somos  seres sociales, no siempre  se está rodeado de otros, tal vez estamos solos todo el tiempo, y eso no está mal ni mucho menos, ha de ser una cuestión de costumbre o elección , es decir no es la clase de soledad que  generalmente se asocia con los afectos o "el mal de amores" , es simple, con o sin alguien hay que estar bien y equilibrados emocionalmente, pues ciertamente solo hay una vida y nadie ha de vivir por ti, es decir, por ejemplo: no es bueno estar atado a alguien con quien en realidad nos encontramos yendo en sentidos opuestos, pasa mucho, es totalmente nocivo y desgastante, no obstante hay quienes permanecen en un estado tal de sufrimiento donde no hacen mas que flagelarse, pudiendo ellos(as) de igual modo cortar de raíz con tan terrible dolor.

¡No hay modo de regresar !

Hay que estar lo suficiente  atentos a lo verdaderamente importante de la existencia, no pasar inadvertidos, luchar por encontrar la motivación que  en verdad lo haga a uno feliz , para que en el pleno ocaso de nuestros días, cuando todo se halle resumido a un breve instante, solo una sonrisa satisfecha selle el final de nuestra historia ...







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