De una charla con el sabio viejo …
Cada día es una lucha por conservar
la cordura
feroces batallas se dan lugar en mi
interior,
en medio de estas también he llegado a
salvo,
si , logro guarecerme.
La última vez fui un ave en la tormenta,
me encontré con que el regreso a mi árbol
ya no era el mismo, corrientes
serpenteantes
se arrastraban por el suelo,
las furiosas ramas de los pinos se
agitaban con violencia
cual si tratasen de atraparme.
A lo lejos, en medio del resplandor
de un trueno, lo vi,
era mi cálido resguardo, entonces aun
cansado,
en un gran y final esfuerzo,
clavé mis punzantes uñas a la espalda
del gentil tronco,
para después adentrarme a salvo en la
seguridad de mi nido.
No tuve más frió, pronto el gigante
sol aparecía,
-fue una dura noche señor cuervo-
dijo,
luego la generosidad de su sonrisa descendió
cubriéndose el bosque y sus criaturas
de oro…
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