miércoles, 30 de marzo de 2016

Senderos .



Quiero deshojar tu bella piel, dejar expuestas
esas tus suaves y turgentes carnes,
recorrer las vastas extensiones de tu cuerpo
sobre pegasos blancos, a veces presurosos , a veces en calma.

Deseo reposar en tu cuello mis besos en llama infatigable,
viendo el resplandor divino de tu sonrisa de nieve,
quiero volar al paraíso mirándote a los ojos,
sentir que vivo y muero sobre ti,
eres el agua cantarina que desciende sin miedo
a la profundísima sima
donde habitan los condenados.

Debo hacerlo, sí, he de encontrar la infalible manera
en la cual el universo conspire a mi favor,
he de llegar a tu corazón, atándote a mi alma
con los más dulces acordes de una melodía jamás compuesta
y que nunca querrás dejar de escuchar.

Ya en tus ojos de estrella he visto,
como en las noches de luna sin sueño
dibujas mi nombre en la ventana
lanzando al aire las palabras de tu sombría desolación,
ven ¡oh pues! a mí, para caer
a los senderos prohibidos del pecado, sin perecer,
allá donde teñidas por nuestra sangre
florecen las más hermosas rosas rojas…


Jairo Trujillo.


No hay comentarios:

Publicar un comentario