A veces soy un
hervidero de pasiones
quisiera que
nunca te fueras
para sofocar
las llamas cada vez,
pues ya mi
corazón lo tienes prisionero
en las
profundidades de tu ser.
No dejes de
mirarme, de tocarme,
ni de quemar
con tus labios mi piel,
no dejes que
la noche pase en vano
y nuestros
cuerpos se enfríen,
siempre
tengo hambre de ti,
de tus
curvas, y relieves,
de lo que se
ve, y no se puede ver.
Amo cuando
ríes, y perderme en la
serenidad de
tus ojos,
me haces
feliz, ¡me das vida!,
me arrebatas
el alma misma
en el dulce
sueño de un abrazo,
llevándome,
donde no sufro mas…
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