jueves, 6 de septiembre de 2012

Sancocho pacifico.


Hace algunos dias atras, tuve la oportunidad de participar en un encuentro literario, donde junto con otros poetas y artistas compartiriamos nuestros escritos, el evento programado por una fundacion, precisamente cultural, tenia como nombre ´´Sancocho pacifico``, un monton de personas con un gusto artistico reunidas alrededor del fuego, evocando aquellos viejos tiempos donde nuestros ancestros, mientras se acentaban en el territorio descansaban de sus largas caminatas con  animadas tertulias nocturnas, acompañadas de musica, danza e historias, y obviamente, un reconfortante refrigerio...

(Laura tiene un saco rojo, y esta frente a mi).
















El escenario no podia ser mejor, estabamos en el amplio jardin de una casa, habia un fogon de leña donde se preparaba la comida, al fondo las mesas, y sillas donde nos acomodamos expectantes, mirando el firmamento como el mas bello cuadro, mientras se daba inicio a la actividad.




Fue un gran momento, permaneció una atmosfera de cordialidad donde fluyeron las palabras, escuchamos el concejo de un hombre entrado en años a quien presté gran atencion, sabio y honesto decia, que debiamos sobre todo ser libres, y no tener vanas pretenciones, no buscar las alabanzas de los hombres o su aceptacion, al escribir, solo deberia primar la genialidad de nuestro corazon, apartar la poesia del dinero y cualquier intento de corrupcion politica, siendo asi siempre librepensadores, y autenticos, al no adoptar ningun modelo impuesto por el sistema, de lo contrario solo habria una palabra para etiquetarnos, si ,  esta : MENTIRA.
En resumen fue lo mas interesante de su intervencion, y lo que mas recuerdo...















Nos acompañaba en esa ocasion, una mujer llamada Laura, proveniente de Argentina, muy cálida, lo sentí por que ella transmitia cierto encanto, en fin, ella contemplaba emocionada y conmovida lo que sucedia, pero aun no escuchabamos su voz, finalmente y como peticion de varios de los presentes, ella se dispuso a leer con su bonito acento y cadencia, algunos de los poemas de un libro , cada vez que leiamos ocurria esto: todas las miradas se fijaban en quien estuviera participando con gran atencion y respeto, tanto, que parecia un ritual, fue una experiencia enriquecedora y muy agradable ademas por la musica en vivo;

por cierto, le encantó el sancocho, a la vez que lamentaba que el bagre no existiera en su pais.

Musica en vivo


























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