sábado, 16 de febrero de 2013

Para un amigo.




Era ese día nublado en el que quizás sentí

el deseo de no salir, o tal vez si,

era tan ambiguo, fui a la cocina

el desayuno quería servir,

en un momento apareció mi perro

su espolvoreada cola meneándose sin parar

le hablé, -siempre tienes alegría en la mirada,

por más aburrido que esté me hablas con tu amor-

 

Acabé mi chocolate, me puse una chaqueta y salimos a correr

siempre tengo ese pensamiento en mi mente que me asombra,

¿cómo haces para entrar a mi corazón y sanarlo?

entonces seguimos cualquier distancia hasta ese sitio

preferido, si , aquella montaña donde se ve todo el pueblo

y el viento ondea mi pelo en serenidad.

 

Cuantas veces he dicho en vano ''amigos por siempre''

abrigando la esperanza de la verdad,

tambien los vi alejarse perdiéndose en las sombras,

por el mismo camino donde vinieron se van,

en cambio tú mi buen ángel peludo

cada día me quieres mas.

 

Esperando mí despertar,

cuidas mi sueño del mal

ese que no veo en la oscuridad,

pero he sentido silente cerca a mi cuerpo

mas desvanece cuando vienes

trayendo de nuevo la calma.

 

Mis dolores conoces,

mi llanto has visto caer

yo te quiero tanto perrito

como quererme a mí.

 

Otra vez estamos en casa…

 

 

J.T 

 

Este escrito también lo he compartido en el portal de poemas del alma.

 









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